''Europa busca en México reducir su dependencia energética de Rusia. El ministro Margallo plantea que España sirva de puente para atraer gas mexicano y reconducirlo a la Unión Europea''
En otras palabras: Si Europa adquiere gas mexicano, con España como facilitadora del proceso, no tendrá que comprárselo a Rusia. O sea, Europa quedará aislada de Rusia, que es el objetivo de EEUU. Ya se vio que Rusia no está interesada en obligar a Europa a comprar su gas.
Rusia acaba de firmar un contrato multimillonario con China. Los chinos comprarán el gas ruso. Rusia no necesita obligar a Europa a comprar gas ruso, y Europa no está obligada a comprar el gas ruso si no quiere. Es la gran noticia del día de hoy:
No hay ''dependencia'' de Europa del gas ruso. Lo que sí hay es complementariedad natural por razones geográficas. Europa forma parte de Eurasia. Rusia tiene el recurso, Europa la necesidad, ¿por qué no deberían Europa y Rusia establecer acuerdos de complementariedad económica? Después de todo, el PBI de la UE es muy superior al de la Federación Rusa, o sea que no hay el más mínimo ''peligro'' de que la UE quede sometida al ''imperialismo'' ruso, desde el momento que Rusia no es ninguna superpotencia mundial en comparación con Europa. La verdadera respuesta es: porque EEUU no quiere que haya acuerdos de complementación entre Europa y Rusia. EEUU quiere convertir a Europa en un muñón que caiga inevitablemente bajo su aplastante influencia (EEUU sí es la superpotencia mundial). No es superpotencia quien quiere sino quien puede:
La prensa mexicana independiente (independiente de los intereses de las empresas petroleras norteamericanas, que son, desde siempre, las más poderosas del mundo) ha denunciado en reiteradas oportunidades la enorme presión de las empresas norteamericanas para apropiarse del petróleo mexicano.
''El empeño de los legisladores priístas y panistas en aprobar la reforma energética de espaldas a la sociedad; los vicios y las irregularidades que se produjeron durante la discusión parlamentaria de esa enmienda constitucional; la aprobación de la misma mediante votaciones fast track en las dos cámaras del Congreso de la Unión y en las legislaturas locales, son actitudes incompatibles con un proceso de modificación constitucional que supuestamente buscó el beneficio de la nación. La posibilidad de que dicho proceso se supeditó en realidad a los intereses de Washington conllevaría, de ser cierta, una falta tan grave que merece ser esclarecida y sancionada''.
De hecho esta preocupación fue portada en el día de hoy:
¿Y qué hace entonces, España en el medio? Bueno, España está impulsando toda una campaña diplomática, partiendo de su capacidad como país regasificador, ''para atraer el excedente energético del país americano, reconducirlo a la UE y, de este modo, reducir su dependencia de Rusia en un 'momento geoestratégico clave'', según el ya citado artículo de El País de hoy.
Esta es una ficha que EEUU necesita para que su engranaje funcione. Pero, como queda claro, la afirmación con la que comienza la nota ''México tiene la materia prima; la Unión Europea la necesidad, y España la forma de satisfacer a ambos'', es falsa. México necesita el gas y el petróleo para su propio desarrollo; o en todo caso, para compartirlo con países latinoamericanos que tienen acuerdos de complementación económica con México. No para regalarlo a empresas de EEUU para que estas le hagan el gusto a los estrategas geopolíticos de Washington con la ayuda de las plantas regasificadoras de España. Lo triste es que en un conflicto de intereses entre el pueblo mexicano y las grandes empresas norteamericanas en combinación con los estrategas de Washington, Madrid plantee, públicamente, que su función es secundar los intereses de las oligarquías de Washington y no los intereses del pueblo mexicano.
Es evidente, también, que para completar el puzzle, EEUU, con la ayuda de la UE, ha promovido el Golpe de Estado en Ucrania. Los mexicanos también están preocupados por la manera como se quiere reencauzar ambos procesos, uno centrado en la apropiación del gas, y el otro, de los alimentos:
El caso de Venezuela es diferente porque aquí Washington ha perdido el control. EEUU necesita derrocar a Nicolás Maduro para disponer ''libremente'' de los recursos energéticos de ese país y poner en marcha un proceso semejante. La importancia histórica y estratégica de los recursos de Venezuela para el desarrollo de ese país y para el desarrollo de los países de América Latina con los que Venezuela tiene acuerdos de complementación económica, es evidente. También en este caso, nuestros países necesitan los recursos para su propio desarrollo y no para hacerle el juego a Washington.
Pero incluso en este caso, los titulares del diario que refleja intereses del oficialismo español se acoplan de manera muy sutil con los intereses de los autores del plan que estamos describiendo. El País reproduce, casi exclusivamente, puntos de vista que solo reflejan a determinados sectores de la población venezolana. Los demás puntos de vista no se reproducen. Lo grave es que los puntos de vista reflejados tienen a promover una imagen de Venezuela que facilite la intervención de EEUU, más allá de todo lo que tenga para mejorar el Gobierno de Nicolás Maduro, que eso no se discute.
Grave, muy grave. Nuestros dirigentes políticos deberían tomar conocimiento de este plan y estar alertas.
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